Llego por la puerta pequeña y se nos va por la puerta grande (I)
Estamos hablando de Don Paco Donate López. Junto a su compañero de fatigas, Don José Ramón, llegaron a Piloña, como los Reyes Católicos para conquistar la Alhambra y sentaron sus reales -nunca mejor dicho- en posiciones tan estratégicas como Valle, San Román, El Tozu y La Marea, allá por el 1981. Sin duda desde el punto de vista de un buen guerrero de la cristiandad, emplazamientos adecuados para tomar la fortaleza que no era otra que la capital del concejo. Y así a la chita callando, se fueron colando en la vidas y haciendas de los piloñeses, resultando al poco tiempo tan próximos y cordiales, como si de naturales de este bello concejo se tratara. Pero he aquí que cuando se queda solo como señor único del “castillo”, destinos de mas más alto rango, nos lo llevan hasta casi su terruño (Grullos de Candamo), puesto que la parroquia de Pravia a la que va destinado -antigua corte del Rey Silo y de la reina Adosínda-, queda a pocos kilómetros del pueblo que lo vió nacer. Lo que sin duda es un ascenso en su carrera eclesiástica, puesto que solamente la propia parroquia de Pravia, tiene mas de 6.500 habitantes. Pero naturalmente, al igual que en Infiesto, también en su nueva Unidad Parroquial tendrá que ejercer su labor pastoral a extramuros del “castillo”, como son las demás parroquias que la conforman, cuyos rebaños caminarán seguros guiados por la recia mano -y si lo dudan traten de estrechársela y verán como salen mal parados- que portará el cayado de pastor. Quien nos iba a decir que aquel rapacín -bueno mas bien un rapazón- que marchaba todo contento a llendar les sus vaquines al prau del Pastu, acompañado de sus inseparable guitarra, que tal parecía que iba para rockero, cambiara la música terrenal por la música celestial, y el rebaño de sus vaquines por el rebaño de sus feligreses.
La noticia de que se nos va Don Paco, ha sentado mal a muchas personas en esta multiparroquia de Infiesto, Valle, Ques, Espinaredo, Sellón, Beloncio, Artedosa, La Marea, Vegarrionda, Santa Ana de Maza y El Tozo (no me extraña que su viejo Renault tenga ya mas de 300.000 km), y después de citar esta interminable lista de sus feudos espirituales, me recuerda a nuestro prócer local, el Marqués de Vista Alegre que prácticamente era dueño -eso si terrenal- de todo Piloña. Uno que siente su partida de una manera muy especial es Dani Garló, hasta ahora monaguillo y colaborador de Don Paco, que las malas lenguas dicen que va a perder el “enchufe” que tenía como primus inter pares, por ser nieto de un primo del cura, aunque viéndolo llorar a la salida de la misa-despedida, la pena de Dani era expresión sincera del cariño que alberga su corazón; también el resto de los compañeros de Dani, José David, Javier, Jesús, Manolo, Álvaro, Cándido, Irma, e Inmaculada, echaran de menos al padrazo de Don Paco; a Lino el fiel y eficiente sacristán y eficaz recaudador de las dádivas que depositamos los feligreses en las misas y funerales -algunas de mínima cuantía-, y que pese a sus muchos años, no repara de subir al primer piso, para que nadie quede exento de aportar esto que nos recuerda los antiguos diezmos y primicias de tiempos en los que la Iglesia no recibía aportaciones pecuniarias de los Presupuestos Generales del Estado, y que como fiel colaborador y defensor de la finanzas parroquiales, a veces se le “olvidaba” encender la calefacción en misas y conciertos músico-vocales. Por otro lado me da la impresión de que se considera maltratado, pues después de tantos años de aprendizaje, seguramente que esperaba que lo dejara de Párroco -eso si mandándole redactadas las homilías desde Pravia-, al igual que sucedía en la antigua sociedad gremial, en la que los aprendices de cada oficio, sustituían al maestro cuando este se retiraba o cambiaba de domicilio. Pero de lo que no me cabe duda es que sufrirá con el cambio de párroco, como lo demuestra la grafica sinceridad de sus palabras: “llore tanto estos días, que voy a estar sin mear un mes”.
Publicado en La Crónica de Piloña.